lunes, 2 de febrero de 2009

Ésto es la leche!

Entre exámenes y la escuela aún encuentro tiempo para poderle dedicar al "La cocina y los alimentos" de Harold McGee, libro que me regaló Sergio hace unas semanas. Es fantástico. Explica con detalle cualquier aspecto del mundo gastronómico, los fenómenos de la cocina y sus porqués. Hoy me ha impactado un tema del que ya había oído algo. Se trata de la publicidad algo engañosa de algunos países por aumentar el consumo de leche en sus ciudadanos para protegerse de enfermedades como la osteoporosis.

Aún siendo la leche y los productos lácteos nuestras principales fuente de calcio una concentración extraordinaria de un solo alimento, que además no es natural, no es de lo más adecuado. Recordemos que la leche es segregada por los mamíferos, entre ellos los humanos, para fortalezer a la recién nacida cría o bebé. Así pues, un litro de leche (que es lo que quiere anunciar el Gobierno de los EEUU) al día aporta más de dos tercios de la ingesta proteica recomendada para un día, desplazando de nuestra dieta normal a otros alimentos que podrían aportar sus propios beneficios nutritivos.

Por otra parte, países como China o Japón, en la que el consumo de leche es mucho menor, tienen tasas de fracturas óseas mucho menores. Tal como aclara, lo que realmente fortaleza a nuestros huesos es una dieta variada y, como no, ejercicio físico diario.

Aclarar que aunque parezca extraño, los humanos somos una excepción a los demás mamíferos al seguir consumiendo leche después de haber empezado a ingerir alimentos sólidos en nuestra infancia. La lactasa, enzima encargada de digerir la lactosa de la leche, desaparece o disminuye considerablemente entre los dos y los cinco años manteniéndose así toda la vida. Pensemos que sería un despilfarro de energía y recursos para un humano producir una enzima que "teoricamente" ya no necesita. Así pues, la leche es, para humanos adultos, un alimento de difícil digestión.

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